Sonó el despertador a las 6.20 de la mañana. Su cuerpo respondía de mala gana cuando tenía que levantarse tan pronto, pero este día en especial no se encontraba bien. Nada bien. Justo después de la ducha tuvo que hacer una visita rápida al labavo. Tenía ganas de vomitar.
Solo hoy, solo ahora... Solo en este momento se daba cuenta
de verdad de lo que estaba haciendo con su vida. Había pasado dos meses
viviendo tranquilamente, sin más preocupaciones que realizar bien un trabajo
que le encantaba, conocer gente y disfrutar de la vida en playas paradisíacas de
la otra parte del mundo. Era un sueño. Era real.
Esta mañana todo eso había terminado. Tenía que continuar su
camino, el camino de su vida. ¿Por qué? ¿Por qué, si podía quedarse tranquilamente,
sin preocupaciones, en esta isla durante meses o años? Justo el día anterior habían insistido en ofrecerle un visado de trabajo y un buen sueldo para
quedarse… O también podía volver a casa, buscar un trabajo normal y vivir como
siempre había vivido. Feliz, rodeado de sus seres queridos y sin todos estos
grandes sobresaltos, sin esos miedos que ahora le atormentaban sobre la gran
incógnita.
La gran incógnita, también llamada futuro.
Ese pensamiento le provocaba náuseas, miedo. Pero… ¿por qué
solo ahora? ¿Por qué solo en este momento puede ver las cosas diferentes? Se
pregunta cuál de esas visiones sobre su vida es la correcta, ¿La que le pide
seguridad, la que le pide locuras?
Sin embargo, sabe en su interior que tiene que continuar,
siempre adelante. Es su misión. Una misión sin un objetivo claro, en busca de
intangibles. En busca de vida, de personas, de conocimiento, de belleza, de
experiencias… en busca de sí mismo.
Esta sensación tan horrible en el estómago le duró
posteriormente todo el trayecto en ferry, desde la isla malaya hasta la costa
tailandesa. Sólo en el momento en el que, habiendo pasado el control de
aduanas, estaba subido a un taxi en dirección a la ciudad de Hat-Yai, solo
entonces, volvió a su estado normal. Su estado normal de felicidad. Su alma era
libre otra vez.
Volvía a volar.
Después de eso pasó dos días durmiendo en trenes. Desde pequeño que
no hacía algo así, ¡fue divertido! Mejor hubiera sido si en la litera de arriba
no se notara tanto el aire acondicionado. Que manía tienen en el sudeste
asiático con ponerlo tan fuerte. La manta que le proporcionaron evitó que los
revisores le tuvieran que descongelar por la mañana. El primer tren hasta
Bangkok, el segundo hasta Chiang Mai,
una bonita ciudad del norte. A la capital tiene pensado volver más adelante,
dentro de un mes, con grandes planes.
Ahora en la pequeña ciudad, ya instalado, disfruta de este
nuevo país que pisan sus pies. De estas calles locas, de la gente que conoce,
de la arquitectura tan curiosa, de los paisajes que le dejan sin aliento, del
tráfico cuando va en moto, de la comida en los miles de pequeños puestos
callejeros que sacan humo. Incluso disfruta de la tipografía -para él
indescifrable- que cubre cada cartel en idioma tailandés.
Disfruta porque dentro de dos días entrará en un centro de
meditación cercano. Se podría decir, para que nos entendamos, que es una
especie de templo budista. Y no saldrá hasta dentro de un mes. 26 días para ser
exactos.
Cuando pasó por Georgetown, un gran amigo, Rick, le habló
por vez primera de este programa. Se ve que uno podía presentarse allí y vivir
con los monjes. La idea era estar varios días meditando. Luego leyó el folleto
y vió que la cosa iba en serio: no estaba permitido tener teléfono ni
ordenador, es decir, ¡ningún tipo de contacto con el exterior! Oh, espera que
sigue leyendo y también dice que no se puede leer, ni escuchar música, ni
hablar con otras personas que no sean los monjes… la cosa no va en broma. Es
una locura de las gordas.
Y ya que estamos, que sea más difícil todavía. El
programa de veintiséis días en vez del de diez, que es el recomendado para
empezar. Para poner la guinda, justo ayer mismo el recepcionista de la
guesthouse le comentó que muchas personas iban y volvían al cabo de un día. No
lo soportaban.
¿Por qué alguien querría hacer algo así? Un mes entero sin
saber nada de nadie y sin distracciones de ningún tipo. Solo él y su mente. Nadie
más, nada más.
Él quiere hacerlo. Confía en sus posibilidades.
No por la religión budista, ni mucho menos. Sino porque sabe que en la vida, lo más importante que puede hacer
una persona es conocerse a sí mismo. Y para conocerse a sí mismo, nada mejor
que pasar tiempo a solas con él, en silencio, con sus pensamientos. Así es como
se aumenta la conciencia.
Lo ha experimentado en mayor o menor medida este último año
y fue entonces cuando algo cambió en su ser. Empezó a comprenderlo todo, a
darse cuenta en el sentido literal de la palabra. Empezó a descubrir cosas de
las que nadie le había hablado nunca y que eran espectaculares. Empezó a
quitarse miedos y dudas. Empezó a saber cómo vivir. Volvió a nacer.
Y es por eso que ahora quiere dar otro paso, ir aún más allá.
Otro cambio de conciencia. Descubrimiento de sí mismo y de la vida y el mundo
que le rodea.
Nos vemos dentro de 26 días.
(2 days crossing Thailand, south to north)
(coach 8, train from HatYai to Bangkok, day 1)
(there's almost one hundred temples in Chiang Mai)
(market near ChiangMai Inn Guesthouse, all days eating here)
(taking a rest after visiting by motorbike the surroundings)
(The streets of Thailand are plenty of images of the king)
(famous Tuk-Tuks all around the streets)
(monks praying in a golden temple near the city)
(i've seen so many buddhist statues, but only this one in white)
(fun!)
Nos vemos dentro de 26 días.
ResponderEliminarIntenta aprender mas posible sobre ti mismo....apunta todas las sensaciones.todas las ideas.Buen Viaje!
Espero poder recordar y escribirlo todo para, en cuanto salga, escribir un post como Dios manda sobre la experiencia!
EliminarMuchísimas gracias Lorenzo! Espero que todo esté yendo muy bien, un gran abrazo.
Hola Pablo, creo que soy el primero en escribir...Te soy sincero cuando digo que me he asustado, por un momento creía que volvías a España. Pero me ha encantado la idea del templo, conocerte durante 26 días y una lástima. Yo quería hacerte "21 días con Pablo en el templo" pero te has pasado de días. No sé si leerás esto antes de entrar o al salir, te deseo mucha suerte. Desde mi casa mandaremos la palabra "Pablo" al 55667 para que no te nominen los monjes...
ResponderEliminarAhora fuera de toda broma, es apasionante lo que vives y cómo lo transmites. Has hecho que me sienta muy cerca de allí y sinceramente sé que lo vas a conseguir.
Te deseo todo lo mejor Pablo.
Un fuerte abrazo.
Víctor Martín.
Jajaja yo me parto contigo Víctor!! Me encanta tu sentido del humor y me ha hecho mucha gracia lo de los sms para que no me nominen!
EliminarMe alegro mucho que te gusten los post, a mí cada vez me gusta más escribirlos y me salen más fácil. A ver si aprendo así para poder escribir un libro un día.
Un gran abrazo crack!
26 días meditando, fuera de toda distracción exterior, tiene q ser increíble...! No se si leerás esto antes o después, pero te deseo mucha suerte pablo, un abrazo enorme :)
ResponderEliminarCris
Aún estoy por aquí Cris, hasta mañana por la mañana, jeje.
EliminarMuchísimas gracias! Espero que valga la pena :-) Un abrazote y un beso!
Pablo! llego a tiempo, espero, de desearte una magnífica estancia en el reino del silencio, de congratularme con que hayas descrito algunos de tus miedos y además el control que ejerces sobre ellos y de enviarte un abrazo y un pedazo de mi admiración!
ResponderEliminarSeguro que valdrá la pena, lo has elegido tu así que será una gran experiencia.
Cuidate mucho!
YBM
Llegas a tiempo... ¡Muchísimas gracias Yolanda!
EliminarJejeje intento describir todo lo que pasa en un viaje así, y ir sin planes muy definidos por la vida a veces da cosa. Luego vas aprendiendo a quitarlos y cada vez es mejor.
Un abrazo!
Grande Pablo!!
ResponderEliminarSaldrás con un conocimiento sobre ti tremendo. Estoy completamente seguro de que aguantas los 26 días, tu no eres de los que tira la toalla a la primera de cambio.
Te deseo lo mejor y ya nos contaras la experiencia.
Todo mi apoyo desde Barcelona ;)
Un fuerte abrazo.
Jajaja, eso espero Marcos! A no ser de que esté muriendo no creo que salga de allí para nada...
EliminarMuchísimas gracias, tengo ganas de saber cómo te va la preparación de la maratón!
Un gran abrazo crack!!
Qué emocionante Pablo!. Me parece que va a ser una experiencia única.
ResponderEliminar26 días de romper con todo, sólo para conocerte y aprender...
Me parece un auténtico lujo, poder hacer eso al menos, una vez en la vida...que son 26 días..?
Estoy segura de que sabrás sacar todo lo mejor de ella.
Me ha encantado el post de hoy, la forma de expresar los nervios y las emociones(confieso que a mi ya hace días, que me daba pena, que te fueses de Malasia, je, je).
Se nos va a hacer más largo a todos los que te seguimos y apreciamos.
Cuídate mucho y disfruta.
Gracias una vez mas, por este regalo que nos estás haciendo.
Un fuerte abrazo.
Cáliz
¡Ya estoy fuera Cáliz!
EliminarAl final han sido 10 días en vez de 26, pero igualmente una de las experiencias más interesantes de mi vida. Lo contaré todo en el próximo post, que me pongo a escribir ya mismo.
Me alegro si voy pudiendo transmitir lo que es estar aquí con mi forma de expresarme.
Gracias a ti y a todos vosotros por leerme, me siento muy acompañado ;-)
Un abrazo!
Pablo
Pablo! Primero de todo un gran abrazo. Se que no llegare a tiempo, pero te mando muchos ánimos desde Barcelona. Tu experiencia me produce un "yo también quiero" muy divertido. Me permites vivir aventuras reales sin salir de casa. Disfruta, animo, energía y gas!
ResponderEliminarOmnia mea mecum porto. Llevo todas mis cosas conmigo.
Hola Jordi!
EliminarA ti te tengo que dar las gracias especialmente por algo... jajaja, que grande, de verdad que no sé como agradecértelo, pues aquí es necesario para continuar.
Me alegro mucho que te guste, ahora trataré de expresar lo que han sido estos 10 días en el templo, la verdad es que muy muy interesante.
¡Un grandísimo abrazo!