Para que aprecies lo similares que son nuestras vidas y cómo pueden llegar a cambiar...
13 de abril de 1901
Profesor Wilhelm Ostwald
Universidad de Leipzig, Alemania
Estimado Sr. Profesor:
Perdone, por favor, a un padre tan atrevido como para dirigirse a usted en interés de su hijo.
Comenzaré diciéndole que mi hijo Albert tiene veintidós años, que se siente profundamente desgraciado por su actual falta de empleo, y que cada día que pasa se reafirma en la idea de que se ha extraviado en su carrera quedando al margen del acontecer científico. Además, se atormenta pensando que es una carga para nosotros, gente de medios modestos [...]
Me he tomado la libertad de dirigirme a usted con este humilde requerimiento de que le escriba, si es posible, unas palabras de aliento, a fin de que recobre su alegría de vivir y de trabajar.
Si, además, pudiera usted proporcionarle un puesto de ayudante, ya sea para ahora mismo o para el próximo otoño, mi agradecimiento no tendría límites [...]
Me tomo también la libertad de mencionar que mi hijo no sabe nada en absoluto de esta iniciativa poco acostumbrada.
Quedo a su disposición, estimado Sr. Profesor, saludándolo respetuosamente.
HERMANN EINSTEIN
No se recibió ninguna respuesta del profesor Ostwald.
Un documento espectacular el que compartes Pablo!!!!, la mediocridad y la falta de compromiso de esta sociedad como verás se vienen forjando desde hace mucho tiempo. Por otro lado mejor que no lo haya aceptado como ayudante, como sucede siempre si te cierra una puerta se abrirán otras.
ResponderEliminarUn abrazo Germán.
¡Muchísimas gracias Germán! Me ha gustado tu alegoría de las puertas, es cierto que a veces algo que nos fastidia o no nos gusta es lo mejor que podría estar pasándonos, y esto es algo que solo se puede ver con la perspectiva del tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo!
Parece mentira...y con la cantidad de años que han pasado... y lo lamentable es que las cosas no han cambiado...
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