Cuando la mayoría de las personas piensan alguna vez en dejar de lado sus comodidades y irse a un país lejano a buscarse la vida -por la razón que sea- suelen aparecer en escena los miedos.
Los míos también estaban allí, no soy ninguna excepción.
Gracias a que últimamente había realizado un trabajo interior muy grande reflexionando acerca de la vida estos miedos, sin embargo, eran solo un mero residuo de lo que podían haber sido hace un par de años.
Llegué al aeropuerto, cogí el bus que llevaba hasta la estación central de KL y fue entonces tuve un rato de calma para empezar a pensar: “Esto no es tan diferente ni tan extraño como lo pintan… esta autopista está llena de coches, ¡casi parece el camino de Barcelona a Sitges! Estoy aquí como podía estar en cualquier bus de mi ciudad, tan tranquilo…”
Al pasar las horas y los días vi que quizá externamente es todo muy peculiar, lo cual lo hace aún más divertido, sin embargo en el fondo todo es lo mismo: personas viviendo.
Y luego, cuando me vi al fin solo en Kuala Lumpur, una ciudad en la otra punta del planeta, sin nadie a mi lado al que acudir, no morí de repente, ni me atracaron dejándome en bolas sin un lugar a donde ir, ni estaba rodeado de malas personas, ni cogí una enfermedad incurable, ni me perdí definitivamente para siempre… vale, ahora exagero, pero es lo que muchos temen. Todo se arregla solo y todo tiene solución: aprendo a buscarme la vida.
Al trasladarme al hostel, meterme en mi habitación y desempaquetar la mochila escribí esto en el cuadernillo que tengo: “Que alguien me explique por favor qué estoy haciendo aquí. Estoy cansado, hace mucho calor, esta habitación es claustrofóbica y no tiene ventanas… estoy solo. ¿Por qué tengo que empezar otra vez de cero?”
Es lo que sentía en ese momento y por eso lo escribí. La sensación me duró exactamente 10 minutos. No la he vuelto a sentir más.
Todo lo que ha seguido desde entonces ha sido esa sensación de estar vivo y estar viviendo un sueño, de sorpresa y curiosidad acerca de todo lo que me rodea. Es genial.
Cuando hace unos meses me di cuenta realmente de que solo tengo una sola vida supe que esa vida tiene que ser aprovechada al máximo. Eso hace que ahora en este viaje y en mi vida mis elecciones únicamente se rijan por estas dos premisas:
1. Si una elección está basada en el miedo, aunque sea un miedo ínfimo, la retiro y escojo otra que no esté influenciada.
2. Cuando dejo de aprender y divertirme, es señal de que algo no va bien y que la vida me dice que vaya por otro lado: entonces hay que hacer un cambio. Cueste lo que cueste.
En este blog me gustaría ir contando no solo las cosas que me pasan, que en el fondo son externas a mí (para eso en internet tienes miles de blogs de viajeros), sino también mis pensamientos y sensaciones interiores, que al fin y al cabo son los que crean mi realidad y hacen que sienta lo que me ocurre de una forma u otra.
Los míos también estaban allí, no soy ninguna excepción.
Gracias a que últimamente había realizado un trabajo interior muy grande reflexionando acerca de la vida estos miedos, sin embargo, eran solo un mero residuo de lo que podían haber sido hace un par de años.
Llegué al aeropuerto, cogí el bus que llevaba hasta la estación central de KL y fue entonces tuve un rato de calma para empezar a pensar: “Esto no es tan diferente ni tan extraño como lo pintan… esta autopista está llena de coches, ¡casi parece el camino de Barcelona a Sitges! Estoy aquí como podía estar en cualquier bus de mi ciudad, tan tranquilo…”
Al pasar las horas y los días vi que quizá externamente es todo muy peculiar, lo cual lo hace aún más divertido, sin embargo en el fondo todo es lo mismo: personas viviendo.
Y luego, cuando me vi al fin solo en Kuala Lumpur, una ciudad en la otra punta del planeta, sin nadie a mi lado al que acudir, no morí de repente, ni me atracaron dejándome en bolas sin un lugar a donde ir, ni estaba rodeado de malas personas, ni cogí una enfermedad incurable, ni me perdí definitivamente para siempre… vale, ahora exagero, pero es lo que muchos temen. Todo se arregla solo y todo tiene solución: aprendo a buscarme la vida.
Al trasladarme al hostel, meterme en mi habitación y desempaquetar la mochila escribí esto en el cuadernillo que tengo: “Que alguien me explique por favor qué estoy haciendo aquí. Estoy cansado, hace mucho calor, esta habitación es claustrofóbica y no tiene ventanas… estoy solo. ¿Por qué tengo que empezar otra vez de cero?”
Es lo que sentía en ese momento y por eso lo escribí. La sensación me duró exactamente 10 minutos. No la he vuelto a sentir más.
Todo lo que ha seguido desde entonces ha sido esa sensación de estar vivo y estar viviendo un sueño, de sorpresa y curiosidad acerca de todo lo que me rodea. Es genial.
Cuando hace unos meses me di cuenta realmente de que solo tengo una sola vida supe que esa vida tiene que ser aprovechada al máximo. Eso hace que ahora en este viaje y en mi vida mis elecciones únicamente se rijan por estas dos premisas:
1. Si una elección está basada en el miedo, aunque sea un miedo ínfimo, la retiro y escojo otra que no esté influenciada.
2. Cuando dejo de aprender y divertirme, es señal de que algo no va bien y que la vida me dice que vaya por otro lado: entonces hay que hacer un cambio. Cueste lo que cueste.
En este blog me gustaría ir contando no solo las cosas que me pasan, que en el fondo son externas a mí (para eso en internet tienes miles de blogs de viajeros), sino también mis pensamientos y sensaciones interiores, que al fin y al cabo son los que crean mi realidad y hacen que sienta lo que me ocurre de una forma u otra.
(my neighborhood yesterday's night)
(my neighborhood this morning)
Buenas noches Pablo.
ResponderEliminarMe está encantando leerte, sobre todo en las sensaciones y en los pensamientos....
Que por mas buenos nos estás dando.
Gracias por compartir.
Un abrazo Grande..
Jara
Gracias Jara!! Ojalá me sigan pasando un montón de cosas y tenga material para escribir muchos posts, jajaja, que me encanta.
ResponderEliminarUn abrazo! :)
Bueno tio,
ResponderEliminarPor lo que veo en las fotos, sitios para hacerte un masaje no te faltaran xD. Que vaya bien el curro con la familia esa con la que vas a ir, imagino que no tendrás internet por alli no?
Green
Green!
ResponderEliminarYa me trasladé ayer al lugar este, antes de venir ya me aseguré de que había internet, sino no vengo, jajaja. Lo necesito para escribir y estar conectado. De momento ya me estoy dando cuenta de que esto de la agricultura no es lo mío... jajaja.
Un abrazo!
Me ha encantado Pablo como describes tus pensamientos y sentimientos, los dos puntos que has expuesto me los copio, son de gran sabiduría, gracias por marcar la diferencia!!!!
ResponderEliminarUn abrazo desde BCN.
Susana RL.
Gracias Susana!! Aquí al ser todo tan nuevo las sensaciones son como una montaña rusa, ahora sientes una cosa y por la tarde otra totalmente diferente, jajaja. Eso sí, el aprendizaje es impagable y me encanta.
ResponderEliminarUn abrazo!
Básico vencer al miedo Pablo! Por eso hago mis burradas de carreras yo, porque cuando estas jodido después de 15 horas corriendo solo estas tú y el mundo. Y hay que coger al toro por los cuernos!
ResponderEliminarCreo que es la misma sensación...pero tu tienes más huevos porque te has ido muy lejos! Sigue así! ACTITUD!
1 abrazo maquina!
Si, son cosas que se parecen, porque en las dos aprendes mucho sobre ti mismo! Pero para nada lo mío es más difícil, yo una maratón vale, pero no me pongas 15h a correr! jajaja, eso sí que es hevy.
ResponderEliminarUn abrazo Nacho y felicidades por el UTSM!
enhorabuena Pablo!!!sigues así!!! te voy a seguir cada post!
ResponderEliminarmagnifico viaje hacia...ti mismo estas haciendo!!!
ps:una pregunta.¿tienes un seguro medico?¿cual?
un saludo
Hola Lorenzo!
ResponderEliminarMuchas gracias!! Al ser socio del RACC tengo un seguro médico gratuito disponible para 2 meses. Luego cuando se me acabe pensaba contratar el seguro de Ocaso para 12meses, que encontré en una web de viajeros y está muy bien de precio: http://www.ocaso.es/es/paginas/seccion-productos/productos/Asistencia-en-Viaje---Ocaso-Oro.htm
Un saludo.